Entrevista al directivo

Alicia Asín, CEO de Libelium

Alicia está centrada en cómo el Internet of Things -IoT- se está convirtiendo en la próxima revolución tecnológica, en concreto las Smart Cities. Ponente habitual en convenciones internacionales sobre temas relacionados con Smart Cities, Wireless, Sensor Networks e IoT. Ingeniera Informática por la Universidad de Zaragoza y Graduada por ESADE Business School. Alicia Asín es la primera mujer en recibir el Premio Nacional Joven Empresario 2014 entregado por la Confederación Española de Jóvenes Empresarios (CEAJE). Alicia participó en la VI Convención ADEA, en la mesa de “Nuevos tiempos, nuevos valores”.

Los nuevos tiempos, marcados claramente por la revolución tecnológica, ¿aportan nuevos valores? ¿Cuáles son?
Sin duda, la revolución tecnológica está impactando en la sociedad de forma decisiva en este siglo. Yo resumiría tres valores que están al alza: la transparencia que reclaman los ciudadanos al sector público; la necesaria capacidad de adaptación al
cambio, en el ámbito laboral y empresarial; y la búsqueda de la mejora continua y de la excelencia en todos los ámbitos para mantener la competitividad, tanto personal como profesionalmente.

¿Qué es el Internet of Things (IoT)? Se habla de este concepto como la próxima revolución tecnológica, ¿implicará cambios importantes en nuestro comportamiento, estilo de vida, etc.?
El término Internet of Things o Internet de las Cosas se refiere a la siguiente generación de Internet en la que no sólo están conectados los ordenadores, ni siquiera las personas con las máquinas, sino los objetos cotidianos entre sí. Si a los
objetos les añadimos sensores, las aplicaciones de este aparentemente simple cambio tecnológico son universales. Carreteras que desvían el tráfico cuando detectan un accidente, bosques que avisan a los bomberos cuando se produce un incendio, frigoríficos que nos recuerdan los alimentos próximos a caducar, bañeras que llaman a emergencias cuando alguien resbala en ellas o ciudades enteras que se adaptan y responden dinámicamente a las necesidades del entorno. La realidad es que el Internet de las Cosas tiene la capacidad de impactar en todos los rincones de nuestro planeta.

¿Cómo cree que afectará esta revolución a las empresas?
Internet of Things también puede aplicarse para mejorar la eficiencia en procesos industriales, por ejemplo, para el seguimiento de mercancías por todo el planeta e incluso puede aplicarse con fines de marketing. En este sentido, puede
proporcionar información sobre cuántas veces se repone un producto en la estantería en un supermercado o qué alimentos han sido cogidos y devueltos al mismo tiempo.
El potencial de desarrollo del IoT en España es infinito y su crecimiento va a ser exponencial. En España contamos con un buen número empresas desarrolladoras de soluciones en la nube con un gran posicionamiento en mercados internacionales. En materia de smart cities y de aplicaciones tecnológicas verticales para sectores como el agrícola o el industrial las inversiones van a resultar estratégicas para conseguir mejorar la competitividad de las empresas y su crecimiento hacia nuevos mercados.

En la convención habló de la democratización de la tecnología, ¿cómo avanza este aspecto?
La democratización hay que entenderla como el libre acceso de los ciudadanos a la información que proporcionan las tecnologías para mejorar su calidad de vida. Por poner un ejemplo, nuestra tecnología permite -con el dispositivo e-health- que cualquier persona pueda controlar sus constantes vitales desde casa y tener acceso continuo a esos datos. Ese auto control de más de diez parámetros críticos del paciente le va a proporcionar un mejor seguimiento de su estado de salud y, por tanto, permitirá mejorar su calidad de vida.
Por otra parte, vivimos el mayor crecimiento urbano de toda la historia y necesitamos soluciones reales para crear ciudades inteligentes verdaderamente eficientes. La clave del éxito de cualquier proyecto de Smart Cities reside en los ciudadanos y en la mayor transparencia con la que se presentan los millones de datos que generan los servicios de una ciudad: desde su red de transporte hasta la gestión de los residuos. Sólo de esta manera los ciudadanos podrán sentirse realmente partícipes de las
decisiones que toman los gobernantes y valorarles de forma objetiva.
La pregunta es si nuestra sociedad está preparada para un cambio como este. La seguridad y la privacidad de los datos es el mayor reto en el Internet of Things. La cuestión no es qué datos se hacen públicos, sino para qué se usan, y si es para que
haya más transparencia.
Cualquier ciudadano debería tener derecho a acceder, por ejemplo, a sus datos energéticos en tiempo real para poder comprender y optimizar su consumo eléctrico. Para convertirlo en realidad se necesita la colaboración de las compañías eléctricas y, en un segundo paso, el consentimiento de los ciudadanos para hacerlos accesibles (que no públicos sin condiciones).
De hecho, este segundo punto es el que permitiría que terceras empresas desarrollasen aplicaciones y servicios basados en el análisis de esos datos. De nuevo, la disponibilidad de datos permitiría así generar nuevos negocios y podría ser
un dinamizador de la economía.

Se habla mucho de la brecha entre formación y necesidades de las empresas en el campo tecnológico, ¿qué cree que está fallando y cómo hay que afrontarlo?
En 2020 habrá 50.000 millones de dispositivos conectados y se requerirán 4,5 millones de puestos de trabajo como desarrollador del Internet de las cosas (IoT). La tecnología avanza tan rápido que la brecha entre oferta y demanda laboral en el sector está creciendo. De hecho, el 26% de las empresas europeas no encuentra los perfiles adecuados para sus ofertas de empleo. El IoT será una gran oportunidad, especialmente, para los jóvenes que realizan estudios técnicos y superiores en
ingeniería electrónica e informática.
En este sentido, desde Libelium estamos creando el programa educativo IoT Spartans Challenge ( www.iot-spartans.com ) para identificar y promocionar laboralmente a los mejores desarrolladores del Internet de las cosas en el futuro. Se
trata de una competición abierta a estudiantes, escuelas técnicas y universidades de todo el mundo. Los participantes pueden mejorar sus conocimientos de electrónica para la actual revolución IoT, evaluarán sus habilidades a través de exámenes online y podrán ganar premios en metálico.
Realmente considero que la mejor forma de preparar a los profesionales del futuro para puestos de trabajo que todavía no existen es a través de una formación técnica adecuada.