Artículo de Juan Carlos Cubeiro, experto en management, liderazgo y transformación del talento.
En el inicio de esta temporada, te propongo una mejora como líder: lee mejor la mente de tus colaboradores ¿Ventajas? La empatía como capacidad para ponerte en su lugar y la influencia desde la autoridad moral, nuclear en el liderazgo.
Dos claves para esta “lectura mental”. La primera está en la comunicación. Suele citarse como científica la investigación del psicólogo alemán Albert Mehrabian que generó la regla 7-38-55. De la comunicación que percibimos en una conversación, menos del diez por ciento (en realidad, el 7%) es puramente verbal. El 93% restante se divide entre la llamada comunicación paraverbal (tono, volumen, entonación), en un 38% y comunicación no verbal o gestual el 55%. Como dijo el pensador estadounidense Ralph Waldo Emerson, “lo que haces habla tan alto que no me deja escuchar lo que dices”. Moraleja para líderes: fíjate en lo que tus colaboradores te dicen, pero sobre todo céntrate en cómo te lo dicen y especialmente en sus gestos (no hace falta ser un experto agente de la CIA para observar con atención y sacar conclusiones ineteresantes). Multiplica por más de diez lo que están contando y demostrarás que les valoras más.
La segunda clave tiene que ver con un mecanismo de defensa llamado “proyección”. Consiste en que atribuimos a otras personas (al jefe o la jefa, por ejemplo) nuestras propias carencias y vicios. Puede tratarse de proyección negativa o de proyección positiva, si por el contrario se atribuyen las virtudes o características dignas de admiración.
El término fue utilizado por primera vez por Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, en 1895 como propia de las personalidades paranoides. Se trata de una defensa primaria que muchos psicólogos llaman transferencia. Carl Jung nos enseñó que todo lo que nos irrita de los demás nos lleva a un entendimiento de nosotros mismos.
La profesora Martina Kaufman, de la Universidad de Trier en Alemania, ha demostrado que la proyección es inconsciente y más frecuente de lo que pensamos. ¿Qué podemos hacer como líderes de equipo o de toda una organización para aprovechar la proyección convenientemente? Básicamente, reconocerla en uno mismo y en los demás. Mantengamos la calma y aprendamos lo que piensan los demás en lo que proyectan en otros.
Sí, los líderes “lectores de mente” atienden a la comunicación de los demás, especialmente a la comunicación para-verbal y no verbal, y dominan el arte de reconocer la proyección ajena. No es magia, es foco y entrenamiento (generar automatismos a través de la práctica continuada).