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El Talento se llama Mike Tyson

Artículo de Juan Carlos Cubeiro, experto en management, liderazgo y transformación del talento.

Ahora que dedicamos tanto tiempo a hablar de Inteligencia Artificial, mi “copiloto” en esto de la gestión empresarial y el liderazgo es… Mike Tyson. Sí, el boxeador campeón mundial indiscutible de los pesos pesados de 1987 a 1990, famoso por su ferocidad. De Tyson hay una frase que debería hacernos pensar: “Todo el mundo tiene un plan hasta que recibe un puñetazo en toda la carrera”. Una frase coherente con su trayectoria, porque ganó 50 combates, 44 de ellos por KO.

Detecto demasiada complacencia respecto a la gestión del talento, mucho discurso y mucha menos acción. Sin embargo, deberíamos ponernos a la defensiva porque las empresas estamos recibiendo hasta cinco sopapos:

. Cuando la gente se nos va (desbandada).

. Cuando nos cuesta mucho atraer talento (escasez)

. Cuando el compromiso es bajo (renuncia silenciosa)

. Cuando el inmovilismo es notable (resistencia al cambio)

. Cuando el absentismo crece exponencialmente

Cualquiera de ellos te puede mandar a la lona. Cuidadito.

¿Qué podemos hacer? Prepararnos adecuadamente.

Ante la desbandada, hemos de diferenciarnos con mejores managers, en realidad con líderes inspiradores e integradores que promuevan el aprendizaje, no sólo en el Comité de Dirección sino en los mal llamados “mandos intermedios”.

Ante la escasez, promover el propósito vivido, del que tanto se tanto se habla y menos se practica, y la visibilidad del CEO. Como dice Cristina Mulero, autora de “Marca CEO y embajadores de la Marca”, los rostros antes que los logos.

Ante el bajo compromiso, dar ejemplo en los roles directivos. Hemos de fomentar el disfrute (Generadores de Felicidad), el vínculo y el empoderamiento.

Ante el inmovilismo, desvincular a los absolutamente resistentes y traer a quienes fomentan la transformación cultural.

Ante el absentismo creciente, focalizarse en la confianza, que es clave de rendimiento y desarrollo empresarial.

Pasemos al ataque en la gestión del talento, que no es una cosa “de la Dirección de Recursos Humanos”, sino de la Alta Dirección.

En el futuro habrá ganadores y perdedores. Las empresas que desaparecerán hacen postureo respecto al talento, tanto en la atracción y selección como en la calidad directiva y el aprendizaje real. Las triunfadoras son las que están trabajando ya para ser más atractivas no sólo para sus clientes sino para sus potenciales empleados, generan un clima de seguridad psicológica y saben y practican que el aprendizaje es sostenibilidad.

“El secreto para hacer algo en la vida es que no sea tan secreto” (Tony Robbins). Es cuestión de valentía hacer lo que sabemos que debemos hacer.